La ética profesional, una herramienta de valor en las organizaciones

El mundo de hoy está viviendo un momento bastante complejo, en donde estamos observando una pandemia que sin concluir aún, lleva consigo un gran número de enfermos y muertos en el mundo (morbilidad de más de 7 Millones de personas y mortalidad de más de 400 Mil), se ha estimado una reducción promedio del 5% del PIB en América Latina, según datos de CEPAL, impactando en indicadores como: reducción en más de 1/3 de las plazas de empleo, crecimiento de la línea de pobreza en un 20%, y el consiguiente aislamiento social que no tiene parangón y que nos ha llevado a plantear y repensar sobre la forma de manejar nuestras propias relaciones humanas,(los expertos de la salud mental hablan de un incremento alarmante de las depresiones). Todo ello nos está obligando a sentir diversidad de emociones, como rabia, miedo, frustración, entre otros.

Los directivos de las organizaciones, no están exentos de sentir estas emociones, pudiendo dejar al descubierto disyuntivas para la toma de decisiones como: economía vs salud, lo urgente vs lo esencial, audacia vs prudencia, que si lo dejamos en el terreno de lo puramente reactivo e individualista generaría anarquía y caos. O por el contrario, pueden promover la unión y cooperación de las capacidades diferentes, para que las ideas del crecimiento del capital social, el desarrollo del humanismo integral, las ventajas del cooperativismo y la interdependencia ganen terreno, y propiciar una realidad orientada a la búsqueda de acciones efectivas partiendo de las diferencias.

Un componente que ayuda a esta búsqueda de acciones es la ética. La ética es una herramienta poderosa para crear normas de convivencia, ya que promueve la autorregulación de los comportamientos, y ello permite identificar los ámbitos sobre lo que es moral, la determinación del bien y el mal, y su aplicación dentro de la vida social y laboral. La ética profesional pretende regular las actividades que se realizan en el marco de una profesión, por lo que precisa tener en cuenta que cada una de ellas tiene sus propias exigencias normativas y proporciona sus propios valores específicos. Por lo que la determinación de los patrones de la ética profesional, en las organizaciones, tiene que tener un carácter interdisciplinario.

Dentro de las organizaciones se forman determinadas relaciones morales entre sus colaboradores, como la relación con los participantes que integran el proceso laboral, además de aquellas relaciones que surgen en el ámbito en que interactúan los intereses de otros grupos fuera de la organización y con la sociedad como un todo. A este entramado de relaciones se le ha llamado moral profesional. Por lo que se puede expresar que la moralidad de los que forman parte de un determinado equipo de trabajo se corresponde con los principios y valores imperantes en una sociedad específica. La experiencia histórica nos brinda una clara evidencia de la existencia de una moral profesional en la actividad médica, jurídica, pedagógica, militar, artística e ingenieril, así como en otros campos del quehacer laboral.

La ética profesional, no se reduce a la descripción de relaciones y modos de comportamiento en determinadas esferas laborales, supone un deber ser; se convierte en un medio para superar los métodos, normas y valoraciones ya agotadas, y contribuir a afianzar el cambio en un sentido humano. Para analizar la ética profesional se puede señalar lo siguiente:

  • Las relaciones entre los especialistas del área, entre otros grupos profesionales y la sociedad en general.
  • Las cualidades morales características de la personalidad del especialista para influir en el mejor cumplimiento del deber profesional.
  • El carácter específico de las relaciones morales, que deben establecerse entre los especialistas y las personas implicadas en el ámbito de su actividad profesional.
  • El conjunto de principios, normas y valores que deben caracterizar la profesión en específico.
  • Las particularidades referidas a la educación moral profesional, sus objetivos, métodos, formas y medios correspondientes.

El surgimiento de la ética profesional y como esta va desarrollándose en cada individuo, puede ser considerada una evidencia indiscutible de cambio, para reflejar la preocupación por aumentar el valor de la personalidad, del humanismo en las relaciones interpersonales en el marco laboral, y en consecuencia de las organizaciones.

El desarrollo de la economía, la ciencia y la cultura frente a las exigencias de competencias del colaborador, hacen pensar en el profesionalismo basado en criterios de acciones operativas de un especialista. Pero si el profesionalismo solo se limita al conjunto de competencias puramente profesionales, el concepto resulta insuficiente. El auténtico profesional debe incluir, la capacidad de comprender a fondo su responsabilidad profesional y de cumplir con su rol. Cuando se fusionen los principios profesionales y morales con los conocimientos, aptitudes y experiencias del colaborador, se podrá apuntalar el éxito de su labor, ya que brinda la posibilidad de auto expresar su gestión de un modo creativo y humano.

Esto nos lleva a concluir que para superar los tiempos de crisis y no perecer en el intento, el equipo gerencial y profesional de las organizaciones, debe buscar la sobrevivencia, para apoyar a todos los que forman parte de la organización para aprender. Entender que existen ventajas competitivas, comparativas y cooperativas en individualidades y grupos de trabajo para resolver situaciones organizacionales y establecer un marco de esquemas de acción de responsabilidad social, basado en la responsabilidad individual y la corresponsabilidad. Por lo que un elemento de la sustentabilidad de las organizaciones, pasa por entender y practicar los principios de la ética profesional, la responsabilidad social y la determinación del valor de las mismas.

 En los últimos tiempos, su organización ha revisado los temas concernientes a ética, valores  en las organizaciones y modos de comportamiento?